SÁLVESE USTED MISMO | 17 junio, 2019
Un mal día, como suele haberlos en los negocios, mi jefe Don Nicolás me mandó llamar para saber los resultados del mes, que no eran nada buenos, y después de escuchar, con esa serenidad que lo caracterizaba, me dijo: “Joven Larios, sálvese Usted mismo, deme razones por las cuales Usted está en ese puesto. No me exponga el problema, no me explique sus obstáculos, deme el remedio y el trapito”.
Me quedó claro, que dependía de mi y de nadie más “que yo me salvará, de ser despedido”, que me enfocará en las soluciones. Nada de victimizarse y mucho menos, quedarse a la espera de que las cosas mejoraran. Esto me hace reflexionar, que la mayoría somos así: incapaces de salvarnos nosotros mismos de nuestros vicios, sucumbimos ante costumbres arraigadas que nos llevan a perder lo fundamental, a extraviar la brújula de la vida, a gastar tiempo en frivolidades y riñas, en no avanzar por el camino correcto. Seguimos criticando, justificando y encontrando razones por las cuales todo sale mal, sin salvarnos nosotros mismos.
Por eso debemos ofrecer “El remedio y el Trapito”, debemos pasar de los deseos a los hechos, de las intenciones a las acciones, de ser parte de las excusas a ser parte de los resultados. En suma, somos nosotros los que nos condenamos o nos salvamos de estar en la condición que vivimos. Nadie mas vendrá a sacarnos de nuestro marasmo, dejemos de imaginar que las cosas mejoraran sin nuestra participación. Deje el chiste, el meme, la burla, de aquello que tanto critica, y pase a ser alguien que se salva a si mismo, alguien que hace que las cosas ocurran, que se empeña en encontrar las soluciones y las alcanza.
En mi opinión, Usted y Yo, no deberíamos renegar, renunciar o impacientarnos porque nuestros esfuerzos no se vean coronados según nuestros deseos. Debemos seguir en el combate, con insistencia y empeño hasta sentir la satisfacción del deber cumplido. En palabras de Marco Aurelio: “No voy a divagar más. Porque ni vas a leer tus apuntes ni los hechos históricos, que reservaste para tu propia vejez. Así pues, apresúrate para el fin, deja al lado las esperanzas vanas y ayúdate a ti mismo, si es que te importas, mientras es posible”.